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Reducir riesgos en el chemsex: consejos prácticos para cuidar tu salud

  • mariarocuantr
  • 14 sept
  • 2 Min. de lectura

Practicar chemsex no significa automáticamente estar en peligro, pero sí implica ciertos riesgos para la salud física, emocional y sexual. La clave no está en juzgar la práctica, sino en ofrecer información clara y útil para que cada persona pueda cuidarse y decidir cómo vivirla.


En este artículo encontrarás consejos de reducción de riesgos que pueden ayudarte a proteger tu bienestar sin necesidad de renunciar al placer o a la conexión.


¿Qué entendemos por reducción de riesgos?

La reducción de riesgos (también llamada harm reduction) es un enfoque que busca minimizar los daños asociados al consumo de drogas, sin exigir necesariamente la abstinencia. Se trata de ofrecer estrategias prácticas para que las personas que practican chemsex lo hagan de la forma más segura posible.

Este enfoque parte de un principio clave: toda persona tiene derecho a decidir sobre su cuerpo y su sexualidad, y merece contar con información realista y sin juicios para hacerlo de manera consciente.


Consejos básicos para cuidar tu salud en el chemsex


Aquí tienes algunas recomendaciones que pueden marcar la diferencia:

1. Hidrátate y descansa

El chemsex puede durar muchas horas o incluso días. Bebe agua con frecuencia y toma pausas para descansar. La falta de sueño aumenta la vulnerabilidad emocional y el desgaste físico.

2. Controla las dosis

Evita mezclar sustancias sin conocer sus efectos y procura medir las cantidades. Cada droga tiene tiempos y riesgos distintos: mezclar sin información aumenta la posibilidad de sobredosis o reacciones inesperadas.

3. Cuidado con el slamming

Si practicas slamming (inyectarte drogas), usa siempre material estéril y nunca compartas agujas o jeringas. Busca programas de intercambio de jeringuillas si los hay en tu ciudad: son gratuitos y anónimos.

4. Sexo más seguro

Usa preservativo y lubricantes adecuados, y hazte pruebas de ITS regularmente. Si decides practicar bareback, infórmate sobre estrategias como la PrEP (profilaxis preexposición) o la PEP (profilaxis postexposición).

5. No consumas en soledad

Compartir la experiencia con alguien de confianza puede ayudarte en caso de reacción adversa. Además, pactar reglas claras sobre consentimiento y límites antes de empezar es fundamental.


Escuchar tu cuerpo y tu mente

Más allá de lo físico, también es importante estar atento a cómo el chemsex impacta en tu estado emocional. Pregúntate:

  • ¿Cómo me siento después de una sesión?

  • ¿El chemsex me ayuda a conectar o me deja con más vacío?

  • ¿Siento que puedo elegir cuándo hacerlo o que me controla?


Responder a estas preguntas puede darte pistas sobre si necesitas apoyo adicional.


Una mirada sin juicios

Reducir riesgos no significa que estés “haciendo algo mal”. Significa que te estás cuidando, que estás reconociendo tus necesidades y tomando decisiones conscientes.

Hablar de chemsex desde esta mirada es clave para dejar atrás el estigma y abrir espacio al autocuidado.


👉 Si quieres hablar de tu relación con el chemsex en un espacio seguro, sin juicios y con acompañamiento profesional, estoy aquí para escucharte. Juntos podemos explorar estrategias que te ayuden a cuidarte y sentirte mejor contigo mismo.


Reducir riesgos en el chemsex: consejos prácticos para cuidar tu salud
Toda persona tiene derecho a decidir sobre su cuerpo y su sexualidad,

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